La mala costumbre de muchos ciudadanos se sigue evidenciando cada vez que llueve con el depósito de toda clase de basuras en los cauces de los arroyos.

Este jueves no fue la excepción, pero la situación puso a prueba la trampa construida por el Distrito de Barranquilla para impedir que la gran cantidad de desechos aumente la contaminación en la Ciénaga de Mallorquín.

Se trata de la trampa del Arroyo León ubicada en la zona próxima del puente ‘José Name Terán’ localizado en el paso por la carrera 51B.

"El mayor efecto de esta trampa es la protección ambiental”, resaltó el Gerente de la Agencia Distrital de Infraestructura (ADI), Alberto Salah.

Resaltó que el Arroyo León prácticamente se convierte en una cuenca que recoge aguas pluviales de otras corrientes del suroccidente y parte de la Localidad Metropolitana como las de los sectores de Santo Domingo, Santa Maria, Las Granjas, Las Américas, Las Malvinas, El Bosque, El Romance, La Gloria, Los Ángeles, El Pueblo y Arroyo El Salao II.

Y también recibe caudales del Arroyo Grande que viene de Galapa y cruza límites con Puerto Colombia.

De ahí la importancia de mantener las alertas en los diferentes cauces con el fin de prevenir desbordamientos de las aguas pluviales como consecuencia de la obstrucción que causan los desechos arrojados en los cauces.

Además de mantener una retroexcavadora permanente en el lugar para el retiro de los desechos, este año el Distrito de Barranquilla, a través de la ADI ha realizado cerca de 70 intervenciones sobre el Arroyo León en varios sentidos.

Del mismo modo, se tienen identificados puntos críticos sobre la Avenida Circunvalar, en los cuales se concentran grandes cantidades de basuras que pueden ocasionar inundaciones graves.

Sin embargo, persiste la mala costumbre de los ciudadanos, al punto que en la primera temporada de lluvia fueron recogidos entre 2.500 y 3.000 toneladas de desechos.

“Utilizan mucho las soluciones hidráulicas para depositar las basuras en los cauces, además de los carretilleros”, recalcó Alberto Salah.

Sin embargo, todavía falta concientización y cultura ciudadana por parte de quienes tienen esta vieja y peligrosa costumbre.